Ahora bien, si no hay razón alguna para vivir sin hijos, ¿por qué habría de haberla para vivir con ellos? Responder a la angustia existencial que te plantea tu vida engendrando, simplemente, otra vida que le suceda, significa además de una cobardía, dejar a la generación que siga a la tuya la responsabilidad de encontrar la respuesta; hallarla en esas condiciones representa, pues, una tarea potencialmente infinita. Lo más probable es que la respuesta de tus hijos sea procrear, a su vez, para endilgar a su descendencia el problema de no encontrarle sentido a su vida.
Tenemos que hablar de Kevin. Lionel Shiver.