El señor que aparece en la fotografía no lo sabe, pero ese reflejo que vislumbra en el espejo no es el producto de una simple reflexión sobre una superficie acristalada. Cada hueco de esa pared es un portal hacia otra dimensión, posibilidades es el nombre que habréis visto en los catálogos de nuestros productos.
Ese hombre se ve en el espejo, eso es cierto, pero si se fijase bien vería algo diferente, una divergencia. Alguna prenda de otro color, un peinado distinto, quizás más canas, o algunas arrugas bajo los ojos que delatan un sufrimiento oculto.
Muchas de las posibilidades presentan líneas casi paralelas, como si se hubiesen replicado al igual que las ondas transversales en un estanque sobre el que hemos lanzado una piedra. Esa piedra representaría el evento cero, el acto inicial que propagó a las demás.
Pero no siempre sucede así, a veces esas posibilidades presentan grandes divergencias. Ese reflejo que vemos en la fotografía pudo casarse con el amor de su infancia para descubrir, en un giro insospechado, que a veces las películas románticas pueden volverse reales. La persona tras el otro reflejo puede tener el trabajo de sus sueños, un hijo que no se ha marchado de casa para no volver nunca más… Así hasta el infinito.
Imagina acertar siempre en las decisiones tomadas. Cada paso dado, un paso hacia el éxito, la vida regida por un metrónomo que nunca se desvía. Entre todas esas posibilidades, por pura estadística, esa vida perfecta a la que aspiramos en vano, esa sucesión de eventos sin fisuras, debe existir.
Imagina que esa fuese tu vida.
Así que, si el reflejo al otro lado del espejo le devuelve una sonrisa burlona, no se asuste. Puede ser que su yo de otra dimensión le encuentre tristemente patético.
Primera página del manual de usuario de la DM12,
primera máquina de posibilidades patentada con número de registro #45AR1-121578